Photographing a destination wedding in Mallorca is a real experience. I can assure you that the work becomes a pleasure and the atmosphere that invades the couple and the wedding guests, surrounds you and makes you participate in each of the moments you are photographing. It’s unique.
A wedding in Mallorca is not only special because the place where the couple gets married is incredible, but also because the people themselves and their energy make the wedding unique and unforgettable.
Melissa and Douwe are definitely one of those couples that I will never forget. The truth is that I must take off my hat before them and say to them thanks a lot for the trust, friendship and understanding they placed on me in such a special day for them.
I´m sure they will carry Mallorca in their hearts and they won´t forget all the moments that they lived at their wedding. I remember many moments, especially when I was with Melissa and her father on the back seat of their Mini Cooper convertible through those nice streets of Deya heading for the church.
Nor can I forget the sunset in Son Marroig, where they celebrated their wedding all over. I´d like to say that Son Marroig was breathtaking. This small palace on the shores of the Mediterranean, in the heart of the Tramontana Hills stole my heart. As a photographer enjoying and having at your disposal a place like Son Marroig is amazing. It was like a real fairy tale.
Speaking of fairy tales, I can´t forget the incredible work of Christina´s Fairytale weddings Mallorca. Not only for the organization, but also for all the decoration. It was also comforting to find a wedding planner as professional as her.
Melissa and Douwe, thank you for everything, for giving me the opportunity to photograph your wedding in Mallorca, to make a hole in your heart and thanks for sharing your thoughts with me. I miss you guys!!
Enjoy, 😉
Fotografiar una boda de destino en Mallorca es una auténtica experiencia. Puedo aseguraos que el trabajo se convierte en placer y la atmósfera que invade no solo a la pareja sino también a los invitados de la boda, acaba por rodearte y hacerte participe de cada uno de los momentos que estas fotografiando. Es único.
Una boda en Mallorca no es especial por el lugar en el que se casa la pareja o donde lo celebra sino por la misma pareja. Las propias personas y su energía hacen que esa boda sea irrepetible, única e inolvidable.
Melissa y Douwe es sin duda una de esas parejas que jamás voy a olvidar. Lo cierto es que debo quitarme el sombrero ante ellos y felicitarles públicamente por la confianza, amistad y comprensión que depositaron en mí en un día tan especial para ellos.
Es más que probable que ambos lleven Mallorca en el corazón y que no olviden cada uno de los instantes con que vivieron en su boda. Yo desde luego guardo con mucho cariño muchos momentos, es especial cuando subía con Melissa y su padre en el asiento trasero de su Mini Cooper descapotable por aquellas pintorescas calles de Deyá dirección a la iglesia.
Tampoco puedo olvidar el atardecer en Son Marroig, lugar donde celebraron por todo lo alto su matrimonio. Debo decir que aluciné con Son Marroig. Este pequeño palacete a orillas del Mediterráneo en plena Sierra de la Tramontana me robó el corazón sin duda. Debo decir que como fotógrafo disfrutar y tener a tu disposición un lugar como Son Marroig es alucinante. Fue como un auténtico cuento de hadas.
Hablando de cuento de hadas, no puedo olvidarme de agradecer el increíble trabajo no solo de decoración sino también de organización Chirstina de Fairytale weddings Mallorca. Fue también reconfortante encontrar una wedding planner tan profesional y con tanto gusto como ella.
Melissa y Douwe, gracias de corazón por todo, por darme la oportunidad de fotografiar vuestra boda en Mallorca, por hacerme un hueco en vuestro corazón y por enseñarme el rumbo a seguir. Os quiero.
Photos ; Erika Biernés, Víctor Lax & Alberto Roldán
